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La rivalidad histórica entre Francia y Alemania no desapareció, y se hizo más profunda cuando desde 1882 Francia empezó a invertir capitales y a dar prestamos a Rusia. Eso daba a Francia un apoyo diplomático muy potente en el Este de Europa; pero esto certificaba el conflicto.
Rusia y Gran Bretaña mejoraron sus relaciones y todas las tensiones vividas en Europa en esta franja final del siglo XIX y el lugar donde certificaron sus rivalidades fue en los Balcanes. En 1908 el imperio austrohúngaro, aprovechando los problemas del imperio otomano, se anexionó Bosnia-Herzegovina. Ello provocó una tensión muy fuerte, protestas tanto turcas como serbias, y protestas también de Rusia. en esta crisis, la primera de las crisis balcánicas, Francia, Gran Bretaña e Italia apoyaron a Serbia y Rusia, mientras que Alemania apoyó al Austrohúngaro. Esto ya sirvió para ver un poco como se repartían los apoyos.
En 1912 tuvo lugar una segunda crisis en los Balcanes; los pequeños estados surgidos tras la decadencia del imperio turco en esta zona provocaron esta crisis: Grecia, Montenegro, Bulgaria y Serbia se aliaron y declararon la guerra al imperio otomano, en lo que se llamó la primera guerra balcánica. Lo que interesa es que veamos que estos pequeños países también tenían ambiciones o pretensiones de ambición en la zona más allá de lo que el imperio turco les podía controlar. Así el imperio otomano, su domino europeo, se correspondía con la actual Turquía.
Tras esta guerra los vencedores, estos países que se habían coligado no se pusieron de acuerdo en el reparto de cómo quedaban los territorios que se habían ganado al imperio turco, y se ocasionó en 1913 una segunda guerra balcánica. En esta ocasión, Bulgaria, apoyado por Austrohúngaro se enfrentó al resto de los países; serbia, Montenegro y Grecia a los que se sumó Rumania, todos ellos apoyados por Rusia. La principal beneficiaria de toda esta situación fue serbia que se expandió por la región, ahora sí, de Macedonia, lo que servía para cerrar el camino al Mediterráneo al imperio Austrohúngaro.
Así estaban las cosas y las alianzas, y así empezaba la primera guerra mundial.